De pequeño, mi madre nos sentaba junto a ella en su espacio de trabajo y nos ofrecía todas las oportunidades de expresión plástica que estaban a su alcance; siendo que era artista, resultaba ser una suerte inagotable de creatividad. Siempre he pensado, sin duda, que mas allá de su deseo de enseñarnos a vivir el arte, también tenía un propósito tranquilizador de este par de seres inquietos que, infiero, éramos mi hermano gemelo y Yo. Nos hacía vivir la fascinante experiencia de pintar, de hacer arte con técnicas muy variadas, y nos acercaba a aquellos artistas que para ella resultaban ser sus referentes; nos sentaba a observar y leer sobre ellos, ofreciéndonos una serie de libros que guardaba en su biblioteca. Manuel Cabré, Armando Reverón "el loco de Macuto", Rafael Monasterios, Arturo Michelena, Cristobal Rojas, Tito Sálas, Jacobo Borges, Diego Rivera, Frida Kahlo, José María Velazco, Goya, Manet, Monet, Picasso, Joan Miró, Renoir, Degas, Seurat, Matisse, son parte de una inmensa lista de esos grandes artistas que nos hizo conocer. Un día que paseaba a mi perro y "terapeuta"(según el psicólogo), descubrí que estaba produciendo un tipo de fotografía no habitual en mí, que me llevaban a la experiencia de niño cuando pintaba. Me recordaba esa sensación de tranquilidad que sentía pintando con mi mamá. Creo que con cada foto me fui sintiendo mas inspirado por aquellos acercamientos al arte junto a mi madre, terminando en una búsqueda de un estilo que me hizo recordar a Monet, salvando la inmensa distancia. Ha transcurrido un año fotografiando y “buscando a Monet” casi todos los días con cada paseo de mi perro, y he descubierto que además voy reflejando en ellas mis pensamientos sobre mi familia, hijos, hermanos, padres, amigos, y otros no tan amigos. Pienso(y espero que así sea por mi salud mental, jajaja), que es lo normal de todo el que se marcha de su país y se descubre extrañando aquellos afectos que ahora le son distantes. Esta serie la dedico a mi madre.