La Bodega, representa un espacio de tiempo en el que me recuperaba de una cirugía en mi pié derecho, y producto de la advertencia de mi médico que decía: "Tu recuperación pasa por el interés que pongas en apoyar y ejercitar ese pié... Tan pronto empieces a caminar por cuenta propia, mejor será para tu pié". Ingresé por primera vez al cementerio general de Guayaquil con mis dos muletas y la intención de caminar acompañado de mi cámara. Lo que no esperaba es que encontraría tanta belleza espiritual y paz en esa suerte de rompecabezas compuesto de: bóvedas, paredes, objetos, reflejos, sombras, luces, vidrios, superficies rugosas o lisas, agua, etc.,.. 17 hectáreas de lo que hoy es la "bodega" de la memoria, mas grande de la ciudad. Cuerpos que allí reposan y han sido protagonistas anónimos o conocidos, de la historia social, política y económica de una ciudad. Luego de aproximadamente 6 semanas, salí por última vez del cementerio; caminando sin muletas, sin bastón, habiendo sanado un pié y espiritualmente lleno de muchas dudas, pero en total paz con aquellos que antes, también caminaron las calles de Guayaquil.