Es un testimonio de una peregrinación de fe grabada en la piel. No es un adorno, es un acto de devoción permanente donde lo espiritual se funde con lo terrenal. Krishna se manifiesta a través de la silueta del Pavo Real, cuyo plumaje evoca su corona. Cada trazo es una meditación, un voto silencioso, un recordatorio de fe. Este es una ofrenda de un amor puro e incondicional, floreciendo alrededor de lo Divino. Pretende reflejar la dulzura y la intensidad de la fe que guía el corazón. El proceso de este tatuaje ha sido complejo, pero corto: 4 sesiones/días/visitas: una sesión breve de diseño, cerca de 6 horas de grabado en la piel, 40 minutos de revisión y limpieza, 2 horas de retoque; mientras. el proceso espiritual ha sido de muchos años, viajes y recorrido hasta llegar a este momento decisivo... Una jornada espiritual que no tiene fin, que permanece en constante progreso. Esta serie solo pretende registrar un momento de todo este trayecto, como reconocimiento a lo que represente. Una pequeña muestra de lo mas pequeño, lo tangible, lo que se puede ver. Lo invisible y más valioso, solo estará en los ojos de quien lo ve… Si lo puede ver. Dedicado a Krishna.